
Completamente desmemoriados, no recuerdan que la 125 flexibilizaba los impuestos y que si hoy estuviese vigente estarían pagando menos.
Se dicen perjudicados por la política oficial, esa misma política que les permitió, a través de un tipo de cambio controlado y alto, tener acceso a ganancias monumentales durante varios años consecutivos.
Su mediática protesta hoy tiene un contrapunto.
El ESTADO hace saber que puede jugar fuerte, que puede poner las reglas creando un ente que absorva toda la producción agraria y que la diferencia positiva de su comercialización ya no sería privada sino pública.
Es así que se concretaría lo que muchos anhelamos, que la riqueza de aquellos que protestan enlazados, tenga un techo en favor de una equitativa y justa redistribución.